Difícil pensar sin hablar
difícil hacerse un lugar en los labios,
al toro si no es por los cuernos,
difícil llevarlo arrastrando al infierno.
Yo vi las estrellas de día brillar
más que nunca en un cielo de lienzo,
me acuesto pensando en mis huesos
y echo de menos tu peso y tu cuerpo.
La sangre que va al corazón
es témpera roja que endurece el tiempo,
busco tus huellas digitales
para pintar árboles como los ciegos,
para arrancarle los cristales
a tus pensamientos que son mis gigantes, gigantes, gigantes.
(...)
difícil hacerse un lugar en los labios,
al toro si no es por los cuernos,
difícil llevarlo arrastrando al infierno.
Yo vi las estrellas de día brillar
más que nunca en un cielo de lienzo,
me acuesto pensando en mis huesos
y echo de menos tu peso y tu cuerpo.
La sangre que va al corazón
es témpera roja que endurece el tiempo,
busco tus huellas digitales
para pintar árboles como los ciegos,
para arrancarle los cristales
a tus pensamientos que son mis gigantes, gigantes, gigantes.
(...)
Manuel García.